Mi camino

Almario

Ser los otros

Queremos ser los otros. Queremos ser los otros sin ser nosotros. No, esto no es posible, pues aunque seamos los otros desde la dimensión del pensamiento, si no somos conscientes y cavamos hasta desenterrar el alma, no seremos capaces de conectar con ese otro que nos mira y pide ayuda o sólo quiere ese afecto que no tuvo. Porque desde el momento en que hemos puesto a descubierto el tesoro que estaba en la sala más profunda del castillo, ya estamos preparados para ser el otro, al haber abierto al cielo, primero, nuestra propia alma. Sin esto, no hay aquello. Todo intento de ponerse en el lugar del otro, de calzar el dolor del otro, de sentir su sentimiento, no tiene verdadero fundamento si no hemos hecho eso con nosotros mismos. «Ama a tu prójimo como a ti mismo», ése es el sentido de la propuesta de Jesús.  De no ser así, darás origen a un pávulo mental, una ilusión como todo lo que nos rodea, una máscara más de nuestra mente que nos convenza de que somos buenos y hacemos mucho por los demás y nos preocupamos de todo. No confundáis el egoísmo hacia el presunto bien del otro con darse. Se trata de acompañar a ser al otro, y para esto no hay otro paso posible antes que acompañarse a ser uno con paciencia, humildad, honestidad y coherencia. Perdonándose el camino de tropiezos. Hallándose en las huellas dejadas sin que perturben nuestro presente. Vamos a ser los otros. No lo dudéis, la conciencia está en marcha. No hay apuro, no hay prisa. Seremos los otros siendo.

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