Mi camino

Almario

La vieja energía

Hermanos, hora es de soltar adicciones a viejas energías, hora es de aserrar las alas de madera, de discernir las emociones de barro, de cerrar las heridas antiguas, de soldar los puentes rotos, de llevar la Verdad en el hacer de cada día.

Es hora de desplegar las Alas de plumas, de comprender la dinámica de las nubes, de levitar sobre el légamo, de reír en los sótanos más oscuros, de beber consciencia a la mañana.

Hora es de iluminar las tinieblas, de hacer de los pedazos de luz un sol único, de soltar la piedra de la espalda y desterrar a Sísifo a flotar en un mar de estrellas.

Ya es hora de hacer canción de la letanía más triste, silencio del grito más amargo, Todo de la nada, y nada de aquello en que creímos ver todo.

Es hora de salir del campo de atracción que consume a los habitantes de esta Tierra por milenios, de romper las dependencias que nos atan a los binomios de placer y dolor, al tiempo de la cal y la arena.

Es hora de ascender al momento de hallarse, y en el hallarse, dejar de ser lo que uno es para ser lo que es.

Es tiempo de paciencia, de suelta, de fe en la semilla divina que nos hace árboles del jardín de la Fuente.

Pronto será tiempo de cosecha.

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