Mi camino
Almario
Dios abrirá
Confía….y…cuando menos te esperes, Dios abrirá. No lo dudes, subirá los siete escalones y la luz aparecerá ante ti con la suavidad y contudencia de un amanecer. Dios abrirá, así de fácil. No necesitas llaves porque él porta todas las llaves y te las proveerá, una a una, cuando considere llegado el momento necesario para tu alma; tú pediste ese momento, antes de venir hasta aquí, aunque ahora no lo recuerdes y todo te parezca un laberinto de tiras y aflojas. Dios abrirá tu corazón y expresarás lo que sientes, sentirás lo que expreses, te cargarás de conciencia para descargarte de inconsciencia, soñarás lo que amas y amarás lo que sueñas, manifestándose esa realidad que una amor y sueño en un mismo paisaje. Y si el sueño no es lo que esperabas, dará igual, porque al cruzar el umbral de la puerta que Dios te abre, lo de menos será lo que esperabas y lo de más será vivir lo que se te ofrece. Eso sí, no llames a la puerta, no pidas que Dios te abra, si no estás seguro de entrar, y si al tocar con los nudillos tiemblas, ¡no temas!, ¡no se te ocurra retirarte de la mirilla!, deja que Dios te mire, que te contemple en toda tu grandeza provista de errores y tachas, digno, sin más culpa que esperanza, dispuesto a que si te abre, le entregarás la cerradura de tu corazón, de modo que no hagan más falta llaves, cerraduras y puertas, ni que Dios nos abra porque, sólo con la intención, él ya estará en ti y tú serás él.